Anoche tuve la fortuna de compartir mesa con Marcos Canteli y Robert Hass en Madrid. Quedamos a las nueve de la noche en un tranquilo restaurante del centro, pegadito a la Gran Vía. Hass ha sido uno de los poetas invitados en la pasada edición de Cosmopoética, celebrada en Córdoba hasta hace pocos días, y había decidido prolongar unas jornadas su estancia en España (antes de regresar a San Francisco) para disfrutar de otro de sus placeres: la pintura. Se ha pasado tres días visitando, pausadamente, el MNCARS, el Museo del Prado y el Thyssen. Observando en silencio frente a los lienzos. Nos habló de las colas y de las salas del Prado, de su fascinación por Monet. Hablamos, también, del devenir histórico de España, de la situación judicial generada en torno al caso de Baltasar Garzón, de la figura de Obama y su trascendencia. Hablamos, claro está, de poesía y de poetas. De Tess y de Raymond Carver, de Port Angeles y de la relación entre los pescadores de salmones y la poesía; también de Mary Jo Bang. Nos trajo algunas últimas noticias sobre la vida de Sharon Olds. De los proyectos de traducción que tenemos en marcha (Alice Notley, Duncan, Oppen, Olson...); en fin, compartimos una agradable cena y una interesantísima charla, uno de esos pequeños privilegios que, de tanto en tanto, me depara la vida de editor.
Robert Hass ha pasado por España y sólo un diario nacional se ha interesado en mostrarle a sus lectores: fue Público, al que concedió una entrevista en Córdoba. Debe de ser que por aquí pasan a la semana tres o cuatro premios Pulitzer y las redacciones de cultura están saturadas de entrevistarlos. Se me olvidaba: Hass ganó el Premio Pulitzer de Poesía en 2008 con su libro Tiempo y materiales (editado en bilingüe en nuestra colección Bartleby Poesía con traducción, magnífica, de Jaime Priede). La semana próxima, el jueves 29, asistiré en la Universidad de Oviedo a una mesa redonda sobre el futuro de la edición independiente: con semejantes antecedentes ¿qué milongas voy a contar yo en Asturias?
4 comentarios:
Y no es poco el privilegio¡¡
Al final, como sabes, no pude acudir a la cena, estuve presentando en la Biblioteca de la Universidad Complutense "Teatro de operaciones" y "Muescas del tiempo oscuro", de Antonio Martínez Sarrión, otra apuesta de Bartleby y se me hizo muy tarde.
En todo caso, te hago llegar mi envidia por la experiencia que acabas de vivir con uno de los grandes poetas norteamericanos del siglo XX y lo que va del XXI. He recordado nuestro encuentro con Tess Gallagher en la Residencia de Estudianes hace dos años y sé que es algo que no se vive habitualmente. Espero que de la cena hayas sacado algún nuevo proyecto para la colección de poesía. O no...
Un abrazo y, lo dicho, qué envidia.
Y yo te envió, Pepe, toda la envidia del mundo que se puede abarcar desde el sur del sur. Tiempo habrá para que Bartleby baje por estas tierras. Un beso y ¡pura envidia de tu privilegio,valga la redundancia!
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