Esta mañana, apenas el sol ha despuntado sobre el aterido horizonte, me he calzado las botas de nieve y con el equipo fotográfico a la espalda, he sacado la bicicleta del trastero y, desafiando al hielo que cubría las aceras y el asfalto más umbrío de las calles, he pedaleado hasta el Jarama. Quería guardar en imágenes el insólito aspecto de la vega del río cubierta por la nevada nocturna. Cerca, en la carretera que conduce hasta Arganda, los vehículos circulaban con inusitada lentitud. Mi bicicleta abría surcos en la nieve con un crepitar mullido y alegre. Alguien había caminado por allí antes, paseando la felicidad de su perro. Me sorprende tanto la alegre sorpresa que genera en estos animales el suelo nevado...; luego he seguido, con mayor cuidado, hasta la laguna de El Raso, ya dentro del Parque Regional. Había cormoranes aleteando como tiznajos sobre el blanco gélido de la mañana, en el río. Se escabullían las liebres entre la maleza hendida por los copos. Los patos alzaban súbitos el vuelo al paso de los caminantes. Había, también, algunos niños con sus padres jugando y sacando fotografías que luego se olvidarán en las memorias repletas de los ordenadores o en tarjetas extraviadas. Imposible no añorar a los propios. Mientras regresaba a casa, al refugio de una taza de te bien calentito, me he acordado de un libro de Julio Llamazares que compré hace muchos años en uno de esos montones con saldos que se encuentran en las tiendas VIPS. Se titula Sobre la nieve. La poesía y la prosa de Julio Llamazares. Lo editó Espasa en 1996. La selección de los textos corrió a cargo de José Carlón. Hay un poema, al final, que no me resisto a copiar aquí:
Mi memoria es la memoria de la nieve. Mi corazón está
blanco como un campo de urces.
En labios amarillos la negación florece. Pero existe un nogal
donde habita el invierno.
Un lejano nogal, doblado sobre el agua, a donde acuden a morir
los guerreros más viejos.
En un mismo exterior se deshacen los días y la desolación co-
rroe los signos del suicidio:
globos entre las ramas del silencio y un animal sin nombre que
se espesa en mi rostro.
La otra ciudad: Santander
Hace 10 años
9 comentarios:
Me he metido en tu blog a través del foro si se le puede llmara así de contracrítica. Escribí algún qe otro comentraio defendiendo tu postura peor no ha sido publicado, los Adisson censuran bastante.
Pues sólo eso felicitarte tu labor profesional y mi apoya contra muchas calumnias que se dicho.
Pablo Cordero
discculpa los errores pero escribir en este portátil es horrible.
Eres un mentiroso, Pablo. Nada se censura en Addison salvo que sea un insulto. Publica todo lo que quieras en donde quieras pero si quieres hacer la pelota a un editor y llenaste de babas, hazlo pero no a nuestra costa. Cómprate un ordenador que funcione y deja de decir idioteces. NUNCA, NUNCA, has tratado de publicar en nuestro blog. Y si tienes pruebas, demuéstralo por favor. Saca los bolsillos de tus pantalones y se un poco honesto. Sólo un poco.
Lo primero es que vuestro blog me gusta bastante, no tanto el tono que tiene últimamente el foro que no es ni de coña democrático. Me habéis censurado un montón de veces, alegando que es spam o lo que sea, o que supuestamente es insulto cuando mi entrada ha tendido bastante más talante que esta última tuya, con ataques personales y un email llamándome cretino.
Si de verdad no censurarais nada, los comentarios se publicarían automáticamente. En general me gusta vuestra labor, pero no sé a qué viene esta actitud, que lamento decirlo es pueril cuanto menos. Por otra parte tengo derecho a opinar lo que quiera y poner a favor de lo que quiera o de quien quiera sin que tenga nadie que ofenderse. Aunque coincida en muchas cosas con vosotros, no dirigís mis juicios sobre quien tiene o no la razón.
P.d.
Me gustaría que me pidieras disculpas por insultarme gratuitamente.
Mira tío, en nuestro blog no se censura a nadie salvo que insulte. Por eso tiene aprobación previa. Si quieres difamar búscate otra cabeza de turco. Tu comentario no había salido porque no estamos pendientes de las entradas 24 horas al día pero ya has visto que ha salido con tu nombre y enlace, es decir, no se denegó. ¿Por qué lo íbamos a hacer? No se censuró nada sobre Piquero, ni sobre Andrés Navarro. Se censuraron, eso sí, algunos insultos dirigidos a Piquero, como se han censurado insultos dirigidos a Montero, a Medel, a Visor, a Yolanda Castaño. Pero nunca se ha censurado una defensa a Piquero o a Andrés. NUNCA. Eso es mentira.
M E N T I R A
Si quieres hacerle la pelota a un editor o a un poeta hazlo pero no a nuestra costa difamando y mintiendo.
Y ahora tenemos cosas más importantes que hacer que leer a difamadores y pelotas públicos. No te importe si no seguimos leyendo tus comentarios ni contestando tus tonterías. Tenemos muchísimos libros que leer.
Mentira, mentira, mentira.... eso y un par de insultos soeces o personales. Tus argumetos son brutales, me dejas anodadado.
Tienes razón hay mejores cosas que leer que discutir con alguien que parece tener la edad mental de un niño de párvulos.
Ya has demostrado todo lo democrático y tolerante que puedes ser.
Como Addison se ha disculpa por sus insultos, yo me disculpo en el mismo sitio, porque cuando mis comentarios no me fueron publicados no me aseguré lo suficiente de que se recibieran correctamente.
Pablo Cordero
Bueno, que cunda la calma...
Parece que lo normal sería que se discutieran estas cosas en el blog de los Addison ¿no?
Pepo, me interesa mucho ese libro. A ver si nos vemos y me lo dejas. Yo tengo la poesía completa de Julio (La lentitud de los bueyes y Memoria de la nive, Hiperión 1985)por si te interesa.
Un abrazo
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