Amanezco y me desperezo en Ponferrada. Hoy espera un recorrido por una de las comarcas más desconocidas y aisladas del Antiguo Reino de León: La Cabrera, ubicada a caballo entre la provincia de Orense y lel Páramo de La Bañeza. Ayer estuve desenredando curvas imposibles en tres de los cuatro valles que componen actualmente la comarca de Los Ancares, declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco: Ancares, Balboa y Fornela. La foto está tomada en el Castro de Chano, en un espectacular paisaje que se aúpa a la ladera de una montaña. Se trata de uno de los castros astures mejor conservados de la zona noroeste del país. Seguramente debido a su aislamiento, alejado de todo y de todos. En Ponferrada se celebra, hasta el próximo día 5, una nueva edición de la Noche Templaria: cuando llegué el casco antiguo estaba repleto de caballeros y doncellas ataviados a la manera medieval. Callejas abarrotadas de gente con aire festivo, un mercadillo nocturno y bastante frío. Buen ambiente. El paisaje de los Ancares (me recordaba ayer por la tarde Jorge, vecino de Tejera de Ancares que al él, de niño, en el colegio de Fabero los compañeros le decían, despectivamente, ancarés) me recordó esos territorios desiertos donde reina el brezo y la pizarra en los que se sitúan algunas de las novelas de Manuel Rico (el mejor ejemplo, sin duda, La mujer muerta). Idéntica soledad a la que se respira en las montañas y valles perdidos que circundan muchos parajes de la Sierra de Ayllón (en sus vertientes madrileña, soriana o segoviana). Idéntica sensación de umbral hacia mundos oscuros. En Ponferrada, hace ahora justo diez años, conocí a la que luego ha sido la madre de mis dos hijos. En Ponferrada comencé a restañar, entonces, otras heridas. El Cultural publicaba ayer una magnífica reseña sobre nuestra edición de los Sonetos de William Shakespeare ensalzando especialmente la traducción de Christian Law Palacín. Comienzan los rondos de verano, los espacios a rellenar en los suplementos y en eso somos los reyes ¿cuántas críticas y reseñas no nos han caído en los meses veraniegos, en las vacaciones de Semana Santa o en los Puentes?¿es que nunca alcanzaremos la mayoría de edad editorial?
La otra ciudad: Santander
Hace 10 años
1 comentario:
Bueno, Pepo, te agradezco la referencia a La mujer muerta. La verdad es que siempre que he intentado describir verbalmente los paisajes de la novela me han venido a la cabeza los parajes que estás visitando. No porque haya viajado por ellos, sino porque los he leído Y porque alguna vez me ha hablado de ellos Luis Mateo Díez, leonés militante como bien sabes.
Envidio tu periplo por esas tierras. Respecto a la ronda del verano, no te desesperes. Ayer, en Babelia, dentro también de la temporada veraniega, reseñaron un libro de Visor y otro de Hiperion.
Abrazos y gracias.
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