Acabo de terminar la lectura de las galeradas del libro de relatos de Larry Brown que publicaremos a finales de septiembre. Se titula Amor malo y feroz (Big bad love), en la traducción -excelente- de Luis Ingelmo. Durante estos días he estado recibiendo llamadas telefónicas y mensajes por e-mail de algunos de los libreros a los que hace a finales de junio les enviamos la edición limitada de estas pruebas (impresas y encuadernadas): todos coinciden en el entusiasmo con que las han leído y cómo les ha enganchado el estilo directo, sin concesiones, con que escribía Brown. Además, en esta misma semana la revista Culturamas publicó en su apartado dedicado a la creación un anticipo del libro. Amor malo y feroz está plagado de tipos buenos que hacen, una y otra vez, las cosas mal; de perdedores que equivocaron, no se sabe cuándo, la dirección a tomar. En estos relatos se respira el Misisipi profundo y, también, la desdicha de los que viven al margen de todo (la sociedad, la familia, la ley pero, básicamente, la esperanza). Los relatos de Brown son un brutal y descarnado retrato de la América profunda y solitaria que recuerda, y mucho, a la desolación de No es país para viejos, de los hermanos Coen (por cierto, en EE.UU. el libro sirvió como guión para un largometraje de similar título que nunca se estrenó en España). Brown rinde homenaje en varios de sus pasajes a los autores que le gustaban, desde Carver a Chandler. Brown nos invita a la banda sonora de su vida recorriendo las broncas carreteruchas secundarias de su Misisipi natal. Larry Brown la palmó, de un ataque al corazón, con 53 años. Larry Brown tuvo, además, la mala suerte de llamarse igual que un ex-jugador y entrenador de baloncesto así que las búsquedas por internet hay que matizarlas: yo añado a su nombre y apellido un "escritor". Imagino que él, desde allá donde se encuentre sonreirá y dirá como cualquiera de sus personajes un "Bueno bueno bueno bueno bueno bueno".
La otra ciudad: Santander
Hace 10 años
3 comentarios:
Buen trabajo. Dan ganas de seguir leyéndolo a Larry. En la foto que pones, y recostado contra "la chata" tiene un aire de Tom Hanks en plan granjero.
:+
Pues apúntame entre aquellos a los que ha maravillado con estos relatos.
Mi enhorabuena al instigador y traductor por el esfuerzo de hacer posible que estos cuentos se publicasen en castellano.
Apuntado, Esteban. Gracias Rossana. Mis vacaciones se agotan...
Pepo
Publicar un comentario