4/9/09

Salamanca


Tienen las calles de Salamanca en estos días un bullicio diferente: Carlos Gil, mi amigo, dice que se debe al brío del final de las vacaciones y a que la Feria está encima. Pero que no es más que un espejismo: cuando se acaben las fiestas estivales volverá a caer sobre la ciudad el telón del sopor. A mí me cuesta creerlo porque siempre que regreso a la ciudad de Martín Gaite y Torrente Ballester y Unamuno y Antonio Colinas, descubro algo diferente que la hace más bella. Ayer aproveché la tarde para visitar algunas de las librerías más señeras de la capital salmantina: el periplo comenzó en Hydria, la más genuinamente literaria de todas. Tal vez sea por su espíritu periférico: está situada en la plaza de la Fuente, lejos del alboroto estudiantil y la vorágine de los turistas. Suso me pareció un tipo muy amable. Un mensaje para Abeleira: me comentó que varios de sus clientes habían elogiado, y mucho, nuestra edición de la poesía completa de Sylvia Plath. Comentamos algo sobre las pequeñas editoriales independientes que más están funcionando en los últimos tiempos. Luego me perdí un rato entre los anaqueles de libros viejos de la Librería Rivas, situada a dos pasos, en el camino hacia la almendra salmantina. En la calle Meléndez conocí a Mario Martín e Ibán, de la librería Víctor Jara. Aquí ya se notaba más la presencia del libro universitario. No obstante, me estuvieron explicando un poco el funcionamiento de su sistema de trabajo y acabamos intercambiando libros (los nuestros de Narrativa, Conti y Antonio Crespo Massieu, y los suyos de la colección de poesía "Mar adentro"). También conocí a Asun, de Nueva Plaza Universitaria: aquí surgió una idea que iré madurando en las próximas semanas. Y a Carlos Barroso, de Portonaris, en la Rúa Mayor: no conocía nuestra apuesta por la narrativa pero, a cambio, me habló muy bien de las ediciones bilingües. Cuando llegué a la plaza de Santa Eulalia las campanas de la catedral marcaban ya las ocho de la tarde y los cierres estaban echados. La noche acabó en una terracita junto con Marta Martín y su marido. Marta compartió los calores de la pasada FLM09 en nuestra caseta. Ahora el Liber 2009 está ya al acecho...

2 comentarios:

Lola Torres Bañuls dijo...

Eso si que es disfrutar ir paseando por las librerías y hablar de libros. Me encanta.

Un saludo.

Eva Monzón dijo...

A ver de qué idea se trata, seguro que algo bueno para Bartleby.

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