Anoche participé junto los poetas
Carlos Pardo y
Elena Medel en el programa “La Octava planta” de la Cadena SER, dirigido por
Purificación Beltrán. El tema lo había puesto sobre la mesa del debate veraniego un artículo firmado por
Javier Rodríguez Marcos hace un par de días en
El País y titulado
El futuro de la poesía no cabe en los libros. Os copio el enlace con dicho artículo y mi recomendación se dirige a que le peguéis un vistazo a los muchísimos comentarios que lo acompañan. La verdad es que salí del edificio de la Gran Vía como entré. Bueno, no. Tuve la oportunidad de echarle un vistazo a la noche madrileña desde la terraza de esa octava planta, una noche que era un tapiz de tejados en penumbra, azoteas polvorientas, calles semidesiertas y sonidos lejanos. Y recuperé mi gusto por espiar el pulso de Madrid desde las alturas (placer agudizado durante mis años de trabajo en la planta 42 de la Torre Picasso y que hacía tiempo que no había vuelto a experimentar). Al titular del artículo le faltan un par de signos de interrogación. Yo pienso que la poesía que cabe en los libros y la que se hace fuera de ellos son terrenos diferentes que a veces se solapan. Ni todo el que toma una cámara fotográfica en sus manos y dispara hacia un objeto se convierte en fotógrafo, ni todo buen fotógrafo es capaz -ni tiene interés- por convertir su trabajo en arte: lo mismo se aplicaría a las nuevas manifestaciones multidisciplinares asociadas a la palabra: no todo lo que se escribe es poesía (por mucho que los que lo intenten quieran considerarse como poetas). Poesía y música es, por ejemplo, el concierto en el que trabajan desde hace meses el compositor
Borja Costa, cinco músicos y el poeta-traductor
Xoán Abeleira sobre el
Aullido de Ginsberg que se estrenará el próximo 3 de septiembre en A Coruña. Un quinteto y una voz para ofrecer la mejor traducción al castellano hasta el momento del texto citado.
Spoken word es lo que ofrece
Déborah Vúkusic cada vez que se pone frente al auditorio y recita-representa con una fuerza desgarradora sus versos de
Guerra de Identidad. Ambos proyectos emocionan, conmueven y perturban. A mí me interesa sólo la poesía que te abre los ojos, no aquella que lo que hace es abrirte la boca (para bostezar). Eso sí, reconozco un punto en común en todos estos poetas, polipoetas, videopoetas y perfopoetas: al final están encantados cuando, de una manera u otra, sus poemas se ven impresos en el formato más redondo que todos conocemos para esto de las emociones: las páginas de un libro. Como si sólo entre esas páginas encontraran cierta legitimidad y tranquilidad de espíritu.
4 comentarios:
Tal vez tengas razón la creación poética no está al alcance de todos. Tampoco todo lo que se publica es realmente digno de llamarse creación poética.
El poeta, el verdadero poeta trabaja y se cuestiona. Creo que el poeta se posiciona ante la vida en cierta manera y le da igual que le publiquen o que no le publiquen.
Todo eso que esta al margen de las publicaciones es una manera de relacionarse más o menos.
Yo tengo un blog y muchas veces pienso porqué no lo anulo. Pero no lo hago porque hay gente que de vez en cuando entra más que otra cosa para saludar.
Bueno un saludo.
Hola, Lola. Eso mismo vengo preguntándome yo desde hace días a cuenta del Facebook. Tengo varios amigos muy entusiastas del asunto. Les pregunto: ¿para qué sirve?. Y la respuesta es muy descorazonadora: para agregar amigos a tu perfil, para comunicarte. Sí, ya, pero eso ya lo tengo con el e-mail ¿no? Bueno, sí, tal vez. El programa de anoche está dado de alta en Facebook pero, la verdad, yo no he podido ver nada. Tal vez sea un poco torpe.
En resumen: escribimos para encontrar respuestas. De un porqué vamos a otro y a otro y a otro. Y publicamos porque, en el fondo, todos queremos que alguien nos lea y, en cierta manera, pervivir así fuera de lo que somos. En fin, eso me parece a mí.
Gracias por el comentario. Hoy es festivo y algunos andamos también por aquí, vagabundeando en cierta medida...
Hola, Pepo:
Si pero en el email solo conocemos a los conocidos y en los blog conocemos a gente distinta que tiene las mismas inquietudes que nosotros o parecidas.
En cuanto a las performance y las lecturas poétias, yo no suelo ir a nada solo dos veces he ido. Y es una forma de relacionarse también. A mi no me gusta demasiado porque se pierde mucho tiempo. Prefiero dedicarme a escribir.
En cuánto lo que dices de publicar.
Si a todos nos gusta publicar, pero a veces uno se pregunta si vale realmente, si tiene calidad para poder ser publicado. Esa esa es una cuestión importante. Creo.
Un saludo.
gracias, amigo.
para cuándo de nuevo, esas cañas? que ése sí que es un buen modo de relación y saludos... tanto chupito tanto chupito vía facebook...
VUK
Publicar un comentario