El domingo muy tempano, mientras desayunaba una tostada de pan con tomate y aceite en un bar desierto, recibí un sms que me advertía de la publicación de un artículo sobre el libro de Jorge Urrutia que sacamos a la calle el pasado mes de abril en la colección Narrativa Bartleby. Ayer me llamó un antiguo compañero de trabajo desde Bilbao para felicitarme por lo mismo: se había sorprendido gratamente al encontrarlo en la revista, mientras leía la prensa dominical. Hacía años que no sabía nada de él. De una edad tal vez nunca vivida es un libro interesante y raro, de esos que publicamos en nuestra colección de ficción pero que estaba destinado a la desaparecida "Miradas". Es otro libro que, y mira que me duele escribirlo, pasará sin pena ni gloria y, después de otro año más de batalla, yo sigo sin conocer los mecanismos que regulan la cosa, el porqué unas editoriales funcionan y otras no. Como los pimientos de Padrón. En agosto, mientras algunos se tuesten en las playas y otros sigan con la saga de Larsson en el regazo, tendremos una nueva reunión con el equipo de comerciales de nuestra distribuidora. Tal vez ellos, que son los que defienden nuestros libros ante los libreros, sean capaces de aclararme tantos porqués.
La otra ciudad: Santander
Hace 10 años
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